La lógica de portfolio y proyectos interconectados, a prueba en Velilla del Río Carrión
El pasado jueves, 4 de mayo, el Centro de Día de Velilla del Río Carrión acogió un encuentro multiactor promovido por la Plataforma de Innovación con el objetivo de revisar avances de algunas iniciativas del portfolio y de contrastar las narrativas detectadas en el proceso de escucha.
En el encuentro participaron tanto empresarios o emprendedores de la comarca, como representantes de la administración pública local (como por ejemplo la entonces alcaldesa de Velilla, Belinda Mencía, o el alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco), del Instituto de Transición Justa, y de Tierras Mineras, de la Junta de Castilla y León.
Tras repasar la evolución del portfolio identificado por la Plataforma, y volver a recordar qué significa operar en lógica de plataformas (“los territorios que han sabido transformarse es porque han sabido trabajar conectando proyectos y trabajando juntos la administración pública, la empresa privada, etc.”), algunos de los emprendedores y emprendedoras locales compartieron con los demás los fundamentos de su iniciativa, el estado actual y las principales barreras encontradas hasta el momento, con la intención de crear el contexto para superarlas juntos.
Miguel Gatón, de AB internet, abrió la conversación planteando su intención de promover una planta de biogás que genere electricidad aprovechando los subproductos de la actividad de la zona y un centro de datos. “Estamos hablando con otros países donde es más fácil porque hay más incentivos”, dijo. Tras repasar las dificultades encontradas, añadió: “Se trata de montar un escenario que sea atractivo para quedarse. El coste de hacer algo grande o pequeño es el mismo, pero la economía de escala es enorme en este caso”.
El portfolio siguió cobrando vida a través de Alejandro Polanco, quien no solo se habló de una posible planta de reciclaje de paneles fotovoltaicos, sino que también explicó la oportunidad -actualmente suspendida- de que se instalase en la zona una sede de la empresa neozelandesa CarbonScape, especializada en generar grafito de forma sostenible a partir de los descartes madereros (agujas de pino, concretamente) para alimentar baterías, evitando la extracción contaminante de este material que ahora se lleva a cabo sobre todos en Asia.
“La empresa ha priorizado abrir una planta en Estados Unidos debido a la velocidad burocrática”, explicó, “pero cuando esté funcionando, volveremos a Europa y habrá que luchar para que se facilite su instalación en territorio europeo, y en esta comarca en concreto”.
A continuación, Mónica Calderón, diseñadora de producto en la empresa VidaPropia de Guardo, explicó que su proyecto consiste en recuperar restos de tejidos que no se pueden reutilizar, y generar otros objetos que pueden reintegrarse en el mercado de la moda, como perchas o nuevos materiales. “Ahora mismo, hacer reciclaje textil para generar hilo otra vez es imposible. La única forma de hacer un proyecto de economía circular es amalgamarlo con algún otro componente”, explicó. “Puede ser resina, pero es muy tóxica, y lo que queremos es mezclar los restos con componentes biológicos (algas, por ejemplo) para crear un material que sirva para otros objetos”. Y concluyó: “Dado que en breve la Ley va a exigir a los productores textiles que paguen por recoger sus deshechos, podemos ser ese centro de recogida y vender objetos reelaborados”.
Finalmente, Rubén Laso, presidente de la Asociación de Apicultura del Norte de Palencia (Apinorpa), planteó su proyecto de llevar -entre los 32 apicultores socios- colmenas, alimentación, formación, talleres infantiles a la sociedad. “Estamos buscando sociedad que se vuelque con nosotros”, explicó, “y me gustaría agradecer a la plataforma la oportunidad, porque gracias a ella hemos podido desarrollarlo”.
Ante algunas dificultades planteadas por los asistentes -de financiación sobre todo, pero también de trámites administrativos- Gorka Espiau volvió a destacar el valor de la acción colectiva: “Si vez de buscar financiación para proyectos, se logra financiar portafolios (conjuntos coherentes de proyectos), una zona se convierte en polo de atracción de conocimiento”, dijo. Y añadió: “Se está planteando que los territorios de transición justa sean zonas de excepcionalidad de ámbito regulatorio. Pero hay que actuar juntos: si pedimos excepcionalidad regulatoria solo para un proyecto, la respuesta será no, pero si se opera en conjunto, se puede lograr”.
Tras dos años de trabajo en el territorio tratando de buscar alternativa a un proyecto estrella como la central térmica de carbón, ante la demanda de financiación, se reiteró la idea de que la negociación individual de financiación llega a algo limitado, mientras la co-inversión (público-privada-social) tiene más probabilidades de ser exitosa. Eso sí, requiere dos saltos: de narrativa (de víctima a agente de cambio) y de comportamiento (de lucha individual a proyecto colectivo).
Y como representación de las narrativas detectadas en el proceso de escucha, se presentó al final de la sesión un falso documental escrito, dirigido y realizado por Sara Trevis, actriz y artista local, a partir del material generado por las decenas de entrevistas realizadas por el equipo de la plataforma.